domingo, 26 de septiembre de 2010

Libélula

Reanudo aún enfermo con los ojos caidos, atando y desatando estos pies a tu manera.

-¿Aún caminas por aquí?
-El destino, es el destino...pequeña.

Suelo recordar por temor a perderte.
Desprendida del silencio te incendias sin formas que se ajusten a tu cuerpo.

-Y los encendedores no hacen más que decir "...good bye fingers..."
-Lo sé, lo sé. Mis pulgares casi muertos quieren callar pero tu insistes.

Hasta sentir que el fuego alimente nuestros dedos.
Es el destino que se extingue ante nuestras pupilas enrojecidas, abochornadas que se desinfectan de todo esta mierda llamada CIUDAD.

-Adrián, la cuchara porfavor.
-A su orden.


Acoplando la habitación a nuestra manera
como una ceremonia
como un Domingo fumando marihuana en las iglesias.

-Ahora yo recuerdo, fue ahí donde te conocí.
-Creias que yo lloraba por el rojo de mis ojos.
-Sí y aún recuerdo lo que dijiste.
-Fue por la pregunta que hiciste.

-¿Por que lloras?
-!No lloro! Me es imposible llorar.
-¡Maricón de mierda! Los hombres también lloran.
-¿Y tú? ¿también lloras? Uno ya no se puede meterse un hit antes de entrar.


Y luego te presente a mis ojos secos, como dos desiertos áridos que se consumen para no despertar.
Y tú.
Tú llegaste para alimentar el lunar y lugar más pequeño/perfecto de mi rostro.

-Solo quería el porro de marihuana que te fumabas a escondidas en esa iglesia. Pero bueno sigamos, la cánula si eres tan amable.
-Sí claro, a tus órdenes.

Y el tiempo se consume y aún escondías en tus bolsillos aquellas lineas muertas que tanto amabas de Vallejo.

" ...Y sin embargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida..."

-!Música¡ Ya sabes que canción. Espera... deja que termina esa, me recuerda a tí.
-Fue la primera que te dedique, pero ...¿Para que esperar?

"...Nothing else can hurt us now
No loss, our love's been hung on a cross
Nothing seems to make a sound
And now it's all so clear somehow
Nothing really matters now
Now we're gone and on our way..."

Y sí, sabíamos de todo esto. Veía en tus ojos suicidas la esperanza muerta, casi desnuda. No quisiste saber más de mí pero tus manos dictaban otras cosa, y que peor error que decirme un: "hasta pronto".

-Los dramas contigo, tus putos dramas.
-Cállate puta de mierda, y sigue en lo que estabas.

Aprendí a desprenderme de todo y de todos. Sabios tus instintos que pregonaban en mí, por que en cada encuentro conocía tus manías, esas de llevar los bolsillos siempre repletos de Marihuana. Junto aquel fragmento de envoltura de Pall Mall, de los rojos; por que claro combinaban con tus ojos.

-Siempre amé el rojo, en especial el magenta.
-Es la misma mierda de rojo.

Era abominable ver como nos consumíamos por última vez, lo deseamos tanto que ahora la tememos de igual forma. Ver tu rostro pálido que se agita, y las gotas frías de sudor que duermen en tu piel.

-Adrián, el brazo.
-Ya era hora. Espera, deja que empieza la otra canción.

"This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end..."

Tu piel que aún no sabía que expresar, y recordabas lo sé. Recordabas el preciso instante en que él se fue, nunca quisiste hablar de eso y yo obstinado recurrí a escuchar de ti para saber más.

-No supo aprender y llegué yo; como caído del cielo, sentado en la banca de una iglesia fumando un porro de marihuana, dijiste casi sonriendo. El muy pendejo se me adelanto, a buena hora por que aú
n no me arrepiento saber de ti.
-¿Arrepentirte? ¿No crees que es muy tarde para eso?

Y no perdimos tiempo, y fui el primero. Analizaste las cánulas para no fallar y ataste mis brazos para encontrar el camino perfecto, darle cuerda a esta manecilla y jugar por última vez con el tiempo, Y no fallaste, sentí el vértigo, sentí grandes ríos que se alimentaban en mis brazos para morir en mi mar, morir en mí.

-Listo. Adrián el mundo es tan enfermo y pequeño para nosotros.
-Ni que mundo, ni que mierda...

Mis orbitales cambiaron y dieron forma a tus cabellos. Me ate a ellos para no perderte/para no perderme. Por que siempre fuimos jóvenes para esta vida, y fue mejor caer así...de pie contigo.

-Tan egoísta como siempre. Mal, muy mal Adrián; es mi turno.
-Jajaja, tú mas que nadie me entiende en este lugar. Y eso lo sabes bien.

Entendías a la perfección cada paso, cada tramo que daba. Eramos como dos almas bastardas que se engendraban para alimentarse. Como dos Líbélulas que rodean Abril para esconderse y hurgar en el gris ácido del talismán para escapar.

-Todos a bordo en el caballo.
-Otra vez, tú y tus putas películas.

Era esa escena final que amabas tanto. Vestías los bluejeans rotos, botines sucios, el polo negro con un Rembrandt gastado que se llevó todos tus inviernos. Y tu cuerpo, tu cuerpo era azul y tus brazos se agitaban según el solfeo de tus pasos junto a nuestras pupilas muertas que mordían mas y mas nuestros ojos hasta vernos gritar, vernos llorar. Eramos uno a la vez y la música era un manto que nos cubría, era nuestro fin, pensé.

-Adrián, lo siento. Hay viajes en los que solo lo debe hacer uno.
-Lo sé, pero este viaje no será de uno, sera nuestro último viaje.
-No Adrián, no me entiendes.
-Claro que te entiendo, estamos a bordo, los dos juntos. ¿No es así?
-Adrián tu no mereces esto...no mereces que haya esperado este momento.
-No hablemos más.
-No ¡Puta madre Adrián! Te amo, te amo. Es por eso que hago esto.
-Lo sé, es por eso que acepté estar aquí contigo.
-Te amo, solo recuerda eso, solo recuerda eso. No me odies por favor.
-Lo sé. Y nada de dramas, nada de putos dramas.

Fue mi segundo turno y llegué a andar medio dormido, confundía aún los colores con sabores, los sonidos con temores, pero no temía por que estábamos los dos. Sólo los dos.

-Te amo Adrián.
-Yo ta... ¡Rayos! ya lo siento.

Apretaste las jeringas o cánulas como tu las llamabas, y vi tu cuerpo ceder, vi acomodar tus brazos para la última función de nuestras vidas juntas. La música junto al color de la habitación llegaban su fin, nuestros cuerpos fríos se amoldaban al suelo para descansar. Sentía tu cuerpo levitar sobre mis hombros. Sentía tu vientre llorar, gritar, gemir. Y yo no hacía más que acoplarme a ti, acoplarme en soledad junto a ti. Y encontré en tu llanto la más fiel expresión de dolor o tal vez eran tus labios que formaban otra vez un te amo y finalmente un adiós.
Cerré los ojos mientras todo cedía y me vi solo otra vez mientras yo me dejaba ir. Por que el tiempo iba de espaldas sin darnos tregua. Se alimentaba de nosotros, de nuestra desesperación, de nuestra angustia de ser humanos, de nuestra angustia de amar.

Finalmente abrí los ojos y me hallé aquí, postrado con sueros de vida, aún con la idea de no dejarte, de abandonarte; pero ellos me piden que me calme, que todo salió bien, que yo estoy bien, que todo está bien, que todos están bien pero que tú no corriste con la misma suerte, que te marchaste que tu corazón no dio para más y se dio una tregua quedando paralizado.

Y ahora entiendo lo que quisiste decir. Querías irte sola, sola para estar con él. No soportabas la idea de dejarte abandonada, y yo fui una excusa, tu mejor excusa para conocer en estos 27 días, para luego marcharte, para largarte y dejarme el mismo sabor que encontré en tus labios el día en que te conocí, a muerte.

Música