martes, 30 de marzo de 2010

Lid.

-Siempre supiste que no debias de seguir.
-No todas las cosas las hize por voluntad propia, Andrés.
-Pudiste evitar sentir todo esto.
-Lo sé, pero tu siempre estabas ahí. Arañando mi conciencia con tu imagen egocéntrica, tratando de saberlo todo, tratando de negarme todo.
-Se sabe muy poco del todo y tu lo sabes muy bien.
-¿Lo ves? Siempre crees tener la luz, el raciocinio exacto para decirlo todo.
-No es eso Julián, aún no lo entiendes.
-¿Entender? ese es el caso, yo no quiero entender toda esta realidad absurda de sentidos y de principos.
-Por más que lo evites, sabes muy bien que no podrás. Toda la responsabilidad está ahora en tus manos enrojecidas...

La habitación iba apropiando el olor de sus agajes, des sus ojos pardos que lo condujieron negruscamente a perderse en si.

-¿Ves lo que hiciste?. Su piel ahora va perdiendo el brillo que tanto amaste.
-¡Cállate! tú no entiendes y tampoco yo lo quiero hacer.
-Julián, debes de calmarte, es mejor apresurarnos y tratar de olvidar todo esto.
-¡Lo sé! ¡Lo sé! Pero no puedo hacer nada, mis manos tiemblan al rozar su cuerpo y ya no puedo verla a los ojos tan facilmente.

La habitación marchita, se incendiaba bajo el sol que escapaba de los ojos de un Julián afligido, que permanecía sentado, abrazando sus piernas tal vez destino que temblaban al rozar el viento sobre sus pupilas casi muertas, que esperaban el sentido de sus dedos tiznados de ese matiz rojo que iba oscureciando aún más su alma.
-Te advertí de todo esto; y tu lo sabes muy bien Julián.
-Supuse que me rentendrías para no hacerlo, por que tú tambien la amabas, pero claro tú siempre abandonándome cuando todo va perdiendo el control.
-Sabes muy bien que los dos la amábamos, pero tus actos no se excluyen a los mios. Supiste desde un principio que esto ocurriría, en realidad lo supimos los dos, pero tu no diste marcha atrás y yo no pude hacer nada.
-Tal vez fuiste tú el que ideo todo esto.
-No sabes lo que dices, todo esto te está confundiendo.
-Tienes razón, se sabe muy poco del todo. Y tú no das cuenta de eso.
-Julián, confundes las cosas demasiado rápido.
-¡Cállate! no vuelvas a pronunciar mi nombre. Crees saberlo todo pero en realidad no sabes lo que está pasando ahora.
-Te equivocas Jul... perdona, ambos sabemos lo que está pasando ahora.
-¡Cállate! no vuelvas a repetir una sola palabra. Siempre creiste que eras el inusitado, el pasmoso frente a todos. ¡Pero no! No eres mas que un simple remedo mio.

Los gritos desperados de un Julián irreverente, de no querer escuchar una sola palabra de Andrés; despertaron el ambiente de una tarde que escondía sus últimos fulgores dejando un aire adormecido que se hacía ya sentir.
Empezaron a tocar la puerta, y casi por instinto Julián sollozo en medio de su soledad, en medio de la habitación, en medio del dolor. Lloro en medio de ese destino que llevaba cuerpo y alma en sangre, que esparcida por los suelos vulneraba aún más sus ojos. De ese destino que el parecia ver desconocido pero que lleva aún el nombre de Sofía.

La policía forcejeo la puerta súbitamente, encontrando a Julián casi aturdido, que confundía sus plabras con los días, confundía a una Sofía aún viva y no ensangrentada por los delirios del que fue su amante. Lloraba y a la vez reía, preguntaba aún por ella, por la cena que aún servida se dejaba ver al fondo de la mesa. Julián solo gritaba el nombre de Andrés.

-¿Lo ves? ¡siempre es lo mismo! ¡Andrés me escuchas!. Sé que estás ahi no hace falta que te escondas, sé que puedes oirme, no eres más que un simple remedo de mi persona. Sí, eso es lo que eres. ¡un simple remedo mío!

Los agentes se encontraron con el cuerpo de Sofía, que aún no perdía el brillo que Julián tanto amaba. Confundidos escuchaban los gritos arraigados que Julían repetía.

-¡Andrés! ¿Por que te escondes?. ¿Tienes miedo? lo puedo sentir. ¡Andrés! ¿Donde estás? ¡Andrés!

Los agentes trataron de contener a Julián que arremetia contra todos; entre sollozos y risas, entre gritos descontrolados que hacian dar cuenta de su estado. Ellos sabían que Julián Andrés, había enloquecido.

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